EIDER MERINO

El arte de darlo todo a pesar del sufrimiento

Muy pocas suben el monte Zoncolan y sacan provecho donde otras solo ven sufrimiento. Eider, ciclista del Movistar Team es parte de esta talentosa minoría.

Aunque el brusco cambio del sol cegador a la oscuridad del túnel, solo te da unos segundos para que tus ojos se ajusten. La frescura del túnel es un gran alivio tras horas bajo el sol abrasador. Satisfacción fugaz nada comparable a la gran alegría de terminar la dura etapa. El monte Zoncolan es una dura ascensión de 10 kilómetros en los Alpes Cárnicos, donde la pendiente media es de 12% pero con tramos con unos aterradores 22% de pendiente. Muchos ciclistas temen esta temible etapa, pero al ascender el pelotón del Giro Rosa por ella, parece que Merino está disfrutando de lo lindo a pesar del sufrimiento, todo apunta a que la de Balmaseda está teniendo un buen día.

Cuanto mayor es el sufrimiento, siempre dentro de lo humanamente posible, en más fuertes nos convertimos, tanto en lo físico como en lo mental.

"Sí, cuando estás allí solo puedes pensar en cuando terminara el sufrimiento. Es una cumbre preciosa y realmente tuve momentos de disfrute entre aquellos de sufrimiento", afirma Eider sonriendo. "Hace dos años cuando subimos el Mortirolo en el Giro, aunque no fuese tan físicamente difícil como el ascenso de hoy, tuve un muy mal día y me resulto más difícil. Cuando una tiene uno de esos días es muy difícil disfrutar, pero este año es diferente, he disfrutado mucho del Zoncolan". Es raro disfrutar del sufrimiento".

Este fenómeno supera la rareza, es tan incomprensible como la motivación en sí. Pero el cerebro humano es una obra de ingeniería prodigiosamente compleja. Cuanto mayor es el sufrimiento, siempre dentro de lo humanamente posible, en más fuertes nos convertimos, tanto en lo físico como en lo mental.

Las montañas son el paraje ideal para expandir las fronteras de lo físicamente posible, algunas personas lo consiguen gracias a una genética privilegiada. Eider es una de esas elegidas, gracias a su constitución fuerte, pese a sus 40kg de peso y sus 154cm de estatura, y el haberse criado en el montañoso país vasco - el lugar perfecto para sacar el máximo provecho de su talento innato. Pero incluso con tales características, sus resultados en el Giro Rosa excedieron sus propias expectativas. "Nunca soñé con quedar cuarta en el Monte Zoncolan y 8 º en la clasificación general del Giro Rosa".

Nuestro entorno moldea nuestros objetivos y metas, en el caso de la vasca su lucha en las montañas, la lluvia y los fríos inviernos vascos han sido los cimientos de su determinación.

Euskadi tiene una gran importancia para el ciclismo europeo, algo fácilmente apreciable si se compara su reducido tamaño con la gran cantidad de ciclistas que produce. Nuestro entorno moldea nuestros objetivos y metas, en el caso de la vasca su lucha en las montañas, la lluvia y los fríos inviernos vascos han sido los cimientos de su determinación.

Tras ingresar Merino en las filas del Movistar Team - el cual añadió a sus filas una sección femenina el pasado enero - su régimen de entrenamiento difiere bastante al de años anteriores. Y basándonos en su rendimiento en el Giro Rosa parece que este entrenamiento la llevará al próximo nivel. "Por primera vez tuve la oportunidad de realizar entrenamiento de altitud en Sierra Nevada, Granada. Donde entrené 15 días antes del campeonato de España. Nunca había hecho este tipo de entrenamiento intenso en altitud y obviamente me ha venido muy bien. Gané el Campeonato Nacional de España y luego me sentí muy a gusto en el Giro, y me he recuperado muy bien", afirma ella.

¿Llevas el ciclismo en la sangre?

"Mi padre siempre fue un apasionado del ciclismo, pero mis abuelos no le dejaron montar y competir hasta que alcanzó los veinte años. Cuando era pequeña mi hermano comenzó competir y recuerdo que una noche mi madre le dijo: “Si vas a competir, llévate a Eider contigo”. Fue verle competir y apuntarme a entrenar cada domingo con él”, explica Eider. "Tras esto, nos daban chorizo, sándwiches y chocolate lo que me hacía muy feliz”.

En los entrenamientos con su club local muy frecuentemente sobrepasaba a sus compañeros masculinos, hiriendo el orgullo de muchos. ¿Cómo puede algo tan pequeño subir con tanta facilidad y dejarnos tan tirados? Era algo que no podían comprender. Competir muchos fines de semana se convirtió en rutina. Como no competían muchas chicas, la tocaba competir con los chicos. “Sí, hasta los 12 o 13 años, solían ponernos juntos. No es hasta la categoría junior cuando te separan. Todo empezó como diversión pero ahora es una forma de vida“, añade ella.

Una forma de vida que consistió en compaginar los estudios universitarios de química y la competición a alto nivel. Actualmente con 24 años y habiéndose graduado hace dos años, la prioridad ahora es competir. Merino considera haber conseguido sus estudios de química como un plan B esencial, como en el caso de muchas de sus compañeras de profesión es imprescindible tener un plan B. Mientras que en el mundo profesional masculino, los sueldos pueden permitir vivir muy bien, en el mundo femenino no suele ser el caso. "Tener un grado universitario me facilitaría mucho las cosas, en caso de retirarme del ciclismo profesional a los 30 y querer iniciar otra profesión", asegura Eider.

Con bastantes equipos masculinos del WorldTour creando escuadras formadas por chicas, el ciclismo femenino pinta muy bien. Pero esta expansión ha de ser compaginada con un proceso de desarrollo y selección apropiados: "Se están estableciendo rápidamente muchos equipos nuevos y el problema puede ser completar esos equipos. Ya que no hay un número muy grande de ciclistas profesionales compitiendo en la élite. Lo mismo pasa en España, más y más equipos quieren crear una sección femenina, pero esto ha de hacerse de una manera sostenible.

Pero la increíble evolución de Merino en los últimos dos años al disponer del entrenamiento y formación apropiados, hace emocionante pensar lo mucho que puede mejorar el pelotón de chicas en los próximos 5 años.

"Por supuesto que es muy positivo que haya entusiasmo en crear equipos, pero no creo que deba de existir una regla de que los equipos masculinos tengan que crear un equipo de mujeres. El nivel competitivo del ciclismo femenino está continuamente en evolución, en cambio si se crean equipos de una manera tan rápida, corremos el riesgo de que se formen por ciclistas que no estén al nivel necesario, provocando que el nivel global comience a decrecer otra vez", explica ella. Pero la increíble evolución de Merino en los últimos dos años al disponer del entrenamiento y formación apropiados, hace emocionante pensar lo mucho que puede mejorar el pelotón de chicas en los próximos 5 años.

¿Seguramente salir a entrenar con el kit del Movistar Team te debe hacer muy reconocible en las carreteras vascas verdad?

“No te creas, por ejemplo, el otro día conocí a una ciclista mientras entrenaba y tras recorrer unos kilómetros juntos me preguntó: ‘¿Para qué equipo compites?’ Lo que me dejo un poco perpleja y conteste ‘¿Qué quieres decir?’ Ya que iba tanto con la bici como con la equipación del equipo.

“Acto seguido a decirle que sí, seguía sin creerlo, '¿pero para el Movistar Team de verdad? ¿En serio?’ A lo que respondí ‘¡si para el Movistar Team de verdad!’ lo que me hizo reír muchísimo”.

Demos le el beneficio de la duda ya que las telefónicas solo llevan una temporada como equipo. Es obvio que el competir con el Movistar está teniendo un efecto muy positivo en Merino. Su gran rendimiento en el giro Rossa y en especial su espectacular ascenso al Zoncolan, son evidencia de como su gran dedicación y entrenar en la topografía montañosa vasca, han dado sus frutos. Su experiencia este año fue completamente diferente a la vivida durante su primer Giro.

¿Qué sentiste al alcanzar la cima del Zoncolan?

“Realmente en ese momento no se piensa mucho, pero recuerdo estar enfadada por haber perdido el 3° puesto a Amanda Spratt por muy poco margen. Pero tras ponerlo en perspectiva, me di cuenta de que es el primer año en el que tenemos las mismas condiciones que la élite del pelotón, lo que me hizo sentirme mucho mejor. También ayuda mucho comparar como acabé en mi anterior Giro, donde me costó mucho acabar la etapa reina en el grupetto mientras que este año he acabo junto a las mujeres. Hay que tener todo en cuenta y valorar lo que ha conseguido una.

Donde me costó mucho acabar la etapa reina en el grupetto mientras que este año he acabo junto a las mujeres. Hay que tener todo en cuenta y valorar lo que ha conseguido una.

“También piensas en llamar a tus padres y contarles lo sucedido ya que son los primeros en los que se piensa. Recuerdo a mi padre asegurarme que lo iba a hacer bien en el Zoncolan. El pobre decidió salir en la bici durante la etapa para aislarse de cualquier información y poder así mantenerte la calma”.

¿Piensas qué las Van Vleuten y las Van der Breggen del mundo del ciclismo son tan batibles como los chicos de tu club a los que solías vencer?

“La verdad es que al verlas considero que están en otro mundo, me siento muy pequeña comparada a ellas. Cuando era pequeña hacía cola para conseguir sus autógrafos. Pero ahora toca dejar a esa niña atrás y es tiempo de pensar como llegar al frente del pelotón y competir contra ellas”.

FOOTNOTES Translated by Eduardo Marina. Images by Sean Hardy, Lander López, Movistar Team, Thomas Maheux & Gomez Sport. Monte Zoncolan, Ovaro, Province of Udine, Italy.

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